La apoteosis del hermano malvado PARTE 2

Continuemos...

Tal como lo había prometido, no le abrí la puerta a mi hermana. Tenía pensado levantarme como a las 5 de la mañana porque iba ir a mi escuela, pero me falló el despertador.
A las 7 sonó el timbre y me despertó;era mi hermana. Fui a abrir y ella me dijo algo así como: "No tienes derecho para haber hecho esto" ni le contesté y me regresé a mi cuarto.

Tardaron un rato en entrar y de hecho subieron muy calladitas, lo cual se me hizo muy misterioso, pero se lo atribuí al mal dormir que habían pasado.

Estaba en mi camita acostado, pero ya no pude pegar ojo y mejor me levanté a desayunar. Fíjense que hasta tuve el detalle de salir a comprar 3 tamalitos; pude haber comprado solo para mí, pero pensé que ya era mucha crueldad y le compré a ellas dos también.

Me regresé a mi cuarto a ver tele y a jugar el nintendo DS. Dieron como las 11 del día y por fin las fiesteras muchachas se dignaron a salir de su cómodo lecho. Lo que no me esperaba es que una hora después, a las 12, un sujeto, el novio de mi prima, también salió del cómodo lecho.

No, no, no, no, no... ya mi indignación andaba por las nubes, y lo único que evitó que saliera a correrlo fue que yo todavía estaba en pijama (y no me iba a ver muy amenazante así). Escuché que mi hermana todavía preguntó "¿Qué quieren de desayunar?".

Pues que me fajo los pantalones, voy y le digo "Ya estuvo ¿no?, ya váyanse"(dije 'váyanse' pero realmente solo quería decir 'vete', a mi prima no la pensaba correr).

Mi hermana en su papel de amable anfitriona salió a defender a su huésped, pero un "Es en serio, ya vete" de mi parte lo obligó a levantarse y espera afuera.
Mi hermana se fue a llorar al baño reclamándome porque me había excedido en mis atribuciones legales para despedir arbitrariamente a los invitados (me lo dijo más feo, pero es en esencia lo mismo). Y la fiesta se acabó.

La abrí la puerta al tipo ese. Mi prima se llevó sus cosas y antes de salir intentó consolar a la lagrimosa llorona. Lo digo así, porque generalmente es más teatro que llanto. La conozco muy bién.

Después de un rato dejó de llorar, bajó a la sala y se puso a ver tele. Habló con alguien por teléfono (seguramente su novio) acusando a un tal hermano malvado que la había hecho sufrir. Más y más lagrimas, ya saben.

Minutos más tarde, al terminar esa llamada, llamó mi madre. Mi hermana contestó, yo solo alcancé a ver el número en el identificador...

...claro que por supuesto que desde luego que no me iba a quedar con las ganas de acusarla...

Entonces descolge la bocina y agarré la conversación en:

Mamá: ¿Cómo te estás portando hija?
Hermana: Bién, mamá.
Yo de metiche: Ay, no es cierto. XD (hasta risa me dió)

Y le solté la sopa. Como si fuera un experto reportero, le conté todo lo acontecido en las últimas horas. Terminado el reporte de hechos, empezaron los regaños; y como la verdad no me gusta ver sufrir a la gente, colgué y las dejé solitas. Siguieron las lágrimas (no sé como le hace mi hermana para llorar tanto teatro).

Pero todavía tenía que acusar a alguien más: a mi prima. Hace rato que se había ido, e iba camino a casa de su madre. Hablé por teléfono con la anteriormente mencionada tía, le conté los hechos y mi tía me contó alguna de las medidas que utilizaría para disciplinar a su desobediente hija; una de ellas era cambiarla de escuela para alejarla de mi hermana y los malos amigos, o en su defecto ponerla a trabajar.

Y puedo decir con seguridad que mi prima fue recibida con esta decisión y muchos regaños. ¿Cómo lo supe? Pues porque después de una última llamada que recibió mi hermana, salió hecha un vendaval hacia mi cuarto, abrió la puerta con cara de demonio para gritarme "¡¡¡Ya ves, por tu culpa!!!... ¡¡¡por andar de chismosito!!!... ¡¡¡ya estarás muy contento!!!" y cerró la puerta de una manera tan amable que la pared de mi cuarto le sonrió con una grieta.

Sí, así de amable y dramática es mi hermana monstruo.

Y siguió llorando otro rato en su cuarto (lagrimales no le faltan, eso seguro). La tarde pasó, llegó la noche y ningún evento dramático se volvió a presentar.

Lo demás, es lo inevitable.

La llegada de mis padres al día siguiente trajo más regaños para mi hermana, toques de queda, condiciones, exigencias y muchos reproches. Y se hizo el orden.
Pero ya ven que hay gente que no aprende y al segundo día después de esto, mi carnalita llegó más allá de media noche oliendo a cerveza... les digo, no escarmienta.



Ya juzgarán los dioses que tan malo o bueno he sido, que tan justo o injusto, que tan exagerado, que tan payaso que tan mamuco, que tan mojigato, que tan amargado, que tan... bueno, mejor me espero al juicio. Personalmente, hubiera preferido no tener que hacer nada de esto, ni andar corriendo gente ni andar acusando ni nada, porque es todo muy negativo... P-U-R-A M-A-L-A V-I-B-R-A...

Lo último que quisiera dejar en claro es que, si corrí a los fulanos estos, si les cerré la puerta y la acusé deliberadamente, no fue por defender la honorabilidad de mi hermana o los valores familiares o por inculcarle principios conservadores. No, nada de eso, eso es lo que menos me importaba.

Yo estaba defendiendo a la casa. Mi hermana parecía actuar como si viviera sola, haciendo escándalo e invitando gente extraña, y curiosamente solo hace esto cuando no están mis papás. La única razón que hubiera tenido para pasar por alto todo su relajo, sería que yo quisiera que volviera a repetir esto cada fin de semana que no están mis padres.

Así que todo fue por mantener la ley y el orden en esta casa. Solo por eso.